Capìtulo 2

(Tom)

Había venido a ver a mi enamorada ya que quería pasar todo el día con ella, algo raro en mí. Toqué el timbre de su casa y a los pocos minutos apareció su hermana mayor usando un babydoll muy cortito y transparente, podía verle los senos y también me percaté de que no usaba trusa.

-          si sigues mirándome los senos te juro que se lo contaré a la perra de mi hermana – no sé porque pero me encantaba su forma de ser – ¡por cierto! Ella no es aquí, así que puedes irte por donde viniste

-          no deberías ser tan descortés con el novio de tu hermana, la esperare aquí – la hice a un lado y entré como si estuviera en mi propia casa

-      nadie te dijo que entraras – dijo mientras cerraba la puerta – bueno puedes hacer lo que se te venga en gana pero deja de verme porque me gasto – me reí de la palabra que ella empleó – ahora que si quieres probarme, será mejor que acabes con mi hermana

-      ¡Eso nunca! – ella me fulminó con la mirada – estas demasiado recorrida como para mis gustos

-      ¡Tú te lo pierdes!... ¿quieres algo de beber? – preguntó y yo negué con la cabeza – eres raro

-      ¿y eso por qué? ¿Por qué no quiero tener una aventura contigo?

-      ¡No! Porque estas con mi hermana. Realmente no sabes en lo que te has metido, aún no conoces a esa estúpida

-      Se nota que la quieres mucho – use el sarcasmo – a mí me gusta tu hermana tal y como es

-      ¡Miéntete a ti mismo!... ¿ya lo han hecho? – preguntó curiosa

-      Lo siento pero no suelo hablar de mis intimidados con extrañas

-      ¿Extraña? ¡Jah! Se supone que ahora que sales con Andy soy como tu hermana

Ella caminó hacia la cocina y luego se empinó para poder alcanzar una lata de galletas que se hallaba sobre el almacén. Me le quedé viendo y entonces no pude evitar quitarle la mirada de encima cuando mis ojos se detuvieron en su trasero. Me acerqué para ayudarla a sacar aquella lata y cuando mi genital rozó con su trasero, se me paró. ¡Ptm! Lo que me faltaba que mini Tom se despertara ahora y con ella.

-      Parece que ese gusano acaba de encontrar un lugar donde meterse – dijo cuando yo le alcancé aquella lata – ¿quieres que lo usemos? No creo que quieras dejarlo así – dijo mirando mi pene

Me sorprendía lo regalona que era ella, jamás había conocido a nadie como ella.

-      ¿Tom estas aquí? – de pronto escuchamos la voz de Andy

-      Sera mejor que ese gusanito se esconda antes de que mi hermana se dé cuenta… Tu novio está en la cocina – dijo Mäyeed mientras salía

-      ¿Tú? ¿Qué haces con ella? – en ese momento entró y lo único que se me ocurrió fue taparme para que no se diera cuenta de que lo tenía erecto

-      Nada solo la ayude a sacar algo… Bueno pero ¿cómo estás?

-      ¿Por qué te estás agarrando tú…? - caminó hacia mi

-      A tu novio se le paro cuando su pene hizo contacto con mi trasero – ¡Maldita sea! Ahora entendía porque mi enamorada odiaba tanto a su hermana – y sí que lo tiene grande eh… ¿Tom no quieres que te haga un oral?

-      ¡Cállate puta! – le gritó mi enamorada – ¿y tú…? - sacó mis manos a la fuerza y se quedo boquiabierta. Luego alzo su mirada y yo agache la mía – ¡te odio Tom! Lárgate!

-      Pero amor…

-      Amor nada… ¡Lárgate! – volvió a gritarme muy enoja y me tiró una bofetada – no quiero volver a verte en mi vida maldito imbécil

Mientras salía de su casa volteé a ver a Mäyeed y esta me sacó la lengua como una niña chiquita.

(Andy)

-      ¿Todo esto te parece gracioso no ramera? – le dije fulminándola con la mirada mientras ella se reía

-      ¡No me cumples a mí! No tengo la culpa de que tu enamorado se excite al verme, de hecho no lo culpo – ella como siempre andaba de burlona

-      Y cómo no va a hacerlo si paras vestida como una cualquiera… ¡te odio Mäyeed! – le grité y subí corriendo a mi habitación

Pero esto no se iba a quedar así, yo pensaba encontrar la manera de que ella sufriera. Estaba harta de mi hermana. Siempre estaba arruinándolo todo, sin contar que muchas veces se metía con los chicos que a mí me gustaban y solo lo hacía para molestarme. 

Ella había salido por lo que fui a inmiscuirme en sus cosas. Estaba por coger su diario cuando de pronto sonó el teléfono. Corrí escaleras abajo para contestar.

-      ¡Aló! ¿Se encontrará la señorita Mäyeed?... Estamos llamando de parte de una muy famosa productora de película. La señorita Mäyeed se presentó a una audición para una de las películas que estamos por filmar y consiguió el papel, esa es la razón de nuestra llamada. ¿Podría hablar con ella?

¿Una productora de cine? ¿Película? ¿Audición?... Sabía lo importante que era para mi hermanita convertirse en actriz de películas por lo que iba a disfrutar mucho mi venganza.

-      Lo siento pero no conozco a ninguna Mäyeed – dije

-      Pero ella nos brindó este teléfono de casa

-      Le aseguro que aquí no vive nadie con ese nombre

-      ¡Oh Disculpe!

-      No se preocupe – dije finalmente y luego corté

A los pocos minutos se apareció mi hermana.

-      ¿Mongola no me ha llamado nadie? – preguntó por lo que supuse que se refería a lo de su audición

-      ¡No! – mentí y volví a subir a mi habitación

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